Aquella gran Bélgica de los 80
Cuando los EdenHazard, Romelu Lukaku, Marouane Fellaini y compañía aún eran meros
proyectos de futuro en Bélgica la generación dorada de su fútbol actuaba. Los
que pusieron la primera piedra. Fue bajo los mandos de Guy Thys, un jugador modesto de la década de los 50 que en los 80
llevó a Bélgica a lo más alto.
Fue en 1980 cuando, ante la Alemania de Rummenigge y
Schuster, cuando los Diablos Rojos cosecharon su mejor posición en un
campeonato internacional. En el Olímpico de Roma consiguieron el subcampeonato
que hubiera podido ser algo más de no ser por el tanto de Hrubesch que puso el
2-1 final en el 88’. Aquella Bélgica ya contaba con jugadores como el meta
Jean-Marie Ptaff, Eric Gerets, François Van der Elst o Jan Ceulemans.
La próxima gran cita fue el Mundial de 1982 en Barcelona,
donde se derrotó en fase de grupos a la Argentina de Maradona pero donde el
polaco Boniek y la Unión Soviética acabarían con los belgas en segunda ronda.
La participación en la Eurocopa de 1984, que se jugaba en la vecina Francia no
fue mucho mejor y el equipo de Platini derrotó a los belgas por un humillante
5-0, en fase de grupo acabó aquella historia.
Y entonces llegaría Mexico 86. El momento álgido del fútbol
belga. Acabó con fantasmas eliminando a la Unión Soviética en 1/16 por un
histórico 3-4 donde el por entonces joven Enzo Scifo ya apareció para marcar.
Eliminaron a España con el famoso penalti que falló Eloy y se volvieron a ver
las caras, esta vez en semifinales, con la Argentina de Maradona. Esta vez fue
imposible, los que acabarían siendo campeones estuvieron intratables y un
doblete de Diego Armando sentenció a los belgas a luchar por una tercera plaza
que no se conseguiría, de nuevo ante los vecinos franceses.
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